BUENOS AIRES - Llegaron desde Liguria a Buenos Aires con sus familias. Eran una treintena de personas en total.

Se trata de los “Porta Cristos" ("cristezzanti"), miembros de una cofradía de Liguria (radicada entre Génova y Savona), expresión de la religiosidad popular, cuyos orígenes se remontan al siglo XII.

El término significa “portadores de crucifijos”: eran los que se encargaban de llevar los crucifijos durante las procesiones, mientras los pasaban de mano en mano.

Quienes pasaban aquellos objetos de una persona a la otra eran los stramûi (término dialectal intraducible), dotados de una fuerza extraordinaria. Mientras que los propios portadores debían sobre todo dominar la técnica necesaria para mantener en equilibrio una estatua de varios metros de altura.  

“Y no era algo sencillo, teniendo en cuenta el tipo de terreno en el que se ubica Liguria, con subidas y bajadas –afirma Fabio Borroni, portavoz de la cofradía en Argentina. A menudo, las calles tienen escaleras de piedra–. Los más hábiles subían los escalones de dos en dos

Toda la comunidad ligur de Buenos Aires espera a sus colegas de Italia. En primera fila, además del propio Borroni, está Alejandro Rossi (decano de la cofradía en Argentina).

“Los Porta Cristos están presentes en Argentina desde 1840 –explica Borroni–. Están en Buenos Aires, Rosario y Arroyo Seco, en la provincia de Santa Fe”.

La primera cofradía argentina, dedicada a Nuestra Señora de la Merced (Mater Misericordiae), tuvo su sede en el barrio de San Telmo, en la actual basílica de Nuestra Señora del Rosario, donde también se encuentra el mausoleo de Manuel Belgrano, hijo de ligures. Y donde se construyó el primer crucifijo de la congregación.

“Los genoveses lucharon por la independencia de la colonia española y luego contra la ocupación inglesa –relata Borroni, que tiene raíces lombardas-venecianas pero creció entre xeneizes. “Dos oficiales genoveses cruzaron los Andes siguiendo al General San Martín”.

Los Porta Cristos eran todos laicos. “Hombres de fe y de trabajo, no buenos teólogos –subraya Borroni–. Pero trabajaron mucho para ayudar a la parroquia y a los hermanos pobres, a pesar de lo que se dice de los ligures”.

Fueron precisamente las cofradías cristianas las que proporcionaron el primer apoyo a los Salesianos de Don Bosco, que llegaron en 1875 para brindar asistencia espiritual a los inmigrantes italianos.

Las delegaciones italiana y argentina peregrinarán el domingo 12 de noviembre al santuario de la Virgen de Luján.

“Después de 116 años de la primera peregrinación de los italianos –afirma Borroni–. Iremos con cinco crucifijos. Queríamos traer más, pero no todos los párrocos nos permiten sacarlos de la iglesia. En algunos casos, incluso, nos miran mal, como si fuéramos una secta. No somos eruditos, es verdad, pero somos fuertes en la fe".

La procesión de la Virgen de Montallegro en Buenos Aires.

La cofradía también está abierta a las mujeres. “Y ellas también traen las estatuas –dice Borroni–. Por supuesto, evitamos que lleven las más altas y pesadas".

La delegación visitará también Rosario y Arroyo Seco, en la Provincia de Santa Fe.

En Buenos Aires, además de los monumentos turísticos, conocerá los lugares impregnados de la presencia de la inmigración ligur y las asociaciones de correligionarios como el barrio de La Boca, la parroquia de la Virgen de Montallegro (Perón 3333 ) , actual sede de la cofradía de Buenos Aires, la Sociedad Ligur de Mutuo Socorro y la Asociación Genovesa Argentina Carboneros Unidos (Agacu).

“Siempre estuvimos a su lado –afirma Sergio Brignardello, presidente de Agacu–. Hace mucho que los esperamos, estamos ansiosos por darles la bienvenida".