BUENOS AIRES - El viernes por la noche, frente a la Embajada de Italia en Buenos Aires, un grupo de manifestantes alzó su voz contra el decreto ley 36/2025, aprobado recientemente por el gobierno italiano. La norma modifica las condiciones para obtener la ciudadanía por descendencia (iure sanguinis), restringiéndola únicamente a hijos y nietos directos de ciudadanos italianos nacidos en Italia, dejando afuera a bisnietos, tataranietos y generaciones posteriores.
La movilización, pacífica y organizada en paralelo en distintas ciudades de América Latina y del mundo, coincidió con una vigilia en Roma. En la Ciudad de Buenos Aires, unas cincuenta personas se sumaron a la protesta.
Las y los manifestantes expresaron su preocupación e indignación frente a una medida que consideran violatoria de derechos constitucionales.
Una de las participantes explicó: “Nos organizamos por redes sociales. Todos entendemos que este decreto le quita la ciudadanía a quienes ya nacieron italianos. Es inconstitucional. Nos convocaron por grupos de WhatsApp, Twitter y otros canales. En toda América y fuera de Italia se están organizando vigilias al mismo tiempo que en Roma”.
Otro asistente señaló lo absurdo de la situación: “Si un ciudadano italiano tiene tres hijos, y solo uno consigue turno para presentar la documentación, ese hijo accede a la ciudadanía, pero los otros dos no, solo por no haber conseguido turno a tiempo. Es profundamente injusto”.
Muchos destacaron que la ciudadanía no es solo un trámite, sino una cuestión de identidad. “Soy tataranieta –contó una mujer– y mi marido es nieto. Después de más de tres años logré sacar turno para septiembre. Este decreto fue un baldazo de agua fría: tengo la documentación lista desde hace más de cuatro años”.
La coordinadora local de la vigilia agregó: “Formo parte del grupo de organización en Argentina. También hay una vigilia en Rosario”. Todas comenzaron a las 20 hs, hora local.
“Se presentaron 105 propuestas de enmienda, pero ninguna defiende realmente los principios constitucionales –criticó otro manifestante, refiriéndose a la fragmentación que el decreto genera–. Algunas incluyen a bisnietos, pero con condiciones como saber hablar italiano. Ninguna permite transmitir la ciudadanía más allá de los nietos. Incluso si obtengo la ciudadanía hoy, no podría pasársela a un hijo futuro. Es un derecho que se corta”.
Varias personas expresaron su deseo de vivir en Italia y mantener viva la cultura italiana. “Siempre vivimos la cultura italiana en casa –dijo uno de los presentes–. Yo aprendí italiano, mis hijos lo están estudiando. Es una tradición que pasa de generación en generación. No se puede romper ese lazo con un decreto. Entiendo que haya quien quiera la ciudadanía solo para viajar, pero la solución no es limitar derechos: eso es injusto e inconstitucional”.
El Decreto Ley 36/2025, aprobado el 28 de marzo, generó fuertes reacciones entre ciudadanos, políticos y asociaciones de italianos en el exterior. La manifestación en Buenos Aires forma parte de una ola de protestas internacionales que exigen su derogación o una modificación sustancial. Las comunidades de descendientes de italianos temen perder un derecho que consideran legítimo y parte esencial de su identidad.
Aunque la protesta no fue masiva, su mensaje fue claro y contundente: “No somos extraños. Somos italianos por sangre, por cultura y por derecho. Y vamos a seguir luchando para que la ley también lo reconozca”.