BUENOS AIRES – El Año de las Raíces Italianas ya entró en su último trimestre, pero la promoción del proyecto de turismo de raíces no cesa, con motivo de la Feria Internacional de Turismo (FIT) de Buenos Aires, donde uno de los polos de atracción fue el stand dedicado a Italea, el proyecto del Ministerio de Asuntos Exteriores italiano que promueve los viajes a Italia para conocer el lugar de origen de la propia familia.

La página web provee informaciones prácticas, descuentos, un servicio de reconstrucción genealógica y, para cada Región, servicios turísticos coordinados por un consorcio local dispuesto a acoger a visitantes de todo el mundo, con la propuesta de itinerarios alternativos al turismo masivo, para descubrir no sólo lugares, sino también de tradiciones, gastronomía, artesanía, religión...

El nombre Italea proviene de una “ensalada de palabras”: Italia, obviamente, y “talea”, una forma de reproducir una planta a partir de una pequeña ramita cortada, de la que emergen nuevas raíces que se afianzan en el terreno donde ha sido trasplantada. Una metáfora de lo ocurrido con las comunidades italianas en Argentina.

Desde Italia llegaron a Buenos Aires el jefe de proyecto del Ministerio de Relaciones Exteriores, Giovanni Maria De Vita, representantes de los distintos consorcios regionales de Italea, legisladores locales y otras figuras institucionales...

Los momentos de contacto fueron múltiples: además de la feria, eventos para profesionales en el Círculo Italiano y la Casa Paradiso de Donato De Santis, el Festival de las Raíces Italianas el domingo 29 de septiembre...

De Vita describió con entusiasmo y convicción la esencia del turismo de raíces, que propone un modo inteligente de viajar. Es decir, lejos de las masas, de la contaminación, del tráfico urbano, de los estacionamientos llenos de micros disputándose un lugar, de los equipos de música a todo volumen que tapan los sonidos de la naturaleza.

“El turismo de raíces es un turismo ecosostenible –explica De Vita–. En primer lugar, porque no necesita construir megahoteles de la nada”. Más bien, utiliza la fórmula de bed & breakfast y alojamientos dispersos.

No solo eso. “Ayuda a preservar los lugares históricos, ya que los visitantes buscan la imagen del pueblo de donde partió su bisabuelo –continúa el coordinador–. De esta manera se crean oportunidades de desarrollo local y se evita la despoblación y la consiguiente desertificación del territorio”.

Por último, apunta a la lealtad, para que se fortalezca el vínculo y el deseo de volver. “El objetivo –concluye De Vita– es que una vez finalizado el proyecto de tres años vinculado a los fondos del PNRR, el plan de reactivación de la economía post-Covid, los distintos consorcios Italea que han sido creados y todas las industrias relacionadas sigan trabajando de modo autónomo”.

Precisamente en la FIT se produjo una colaboración entre Italea y la Red Argentina DTI (Destinos Turísticos Inteligentes) que, con sus “embajadores” (travel bloggers, comunicadores, influencers...), cuenta con más de 20 millones de seguidores.

La Red DTI nació a fines de 2020 con el objetivo de apoyar la reactivación del turismo argentino en el periodo post-Covid. “Seleccionamos a los travel bloggers más influyentes –afirma Patricia Colo Martínez, impulsora y coordinadora del proyecto– y los hemos formado sobre lo que entendemos por 'destino inteligente'. Lo que significa accesibilidad, inclusión, transportes públicos organizados, sostenibilidad, seguridad, tecnología”.

Al mismo tiempo, la Red prestó asesoramiento a localidades turísticas: organización de la página web, redes sociales, planes de marketing...

“Firmamos convenios con universidades que dan cursos de turismo”, continúa Patricia. Por ejemplo, la facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, que organiza desde hace muchos años una “licenciatura breve” sobre turismo rural.

En los últimos años los embajadores han aumentado. Otros –profesionalmente más jóvenes– han entrado en una “incubadora” con la idea de ser incluidos en la Red más adelante, cuando sean más fuertes y maduros profesionalmente.

Wally Dentati y Lili Tarantino (desde la izquierda, en primera fila) con otros embajadores (foto: F. Capelli).

Y llegaron las especializaciones: viajes de lujo, viajes para familias, para chicas solteras, para la comunidad LGBT, para quienes viajan con mascotas, para personas de la tercera edad…

En 2024 se incluyeron nuevos tipos de viajes, bajo el nombre STD (Smart Tourist Destination, destino turístico inteligente): por un lado las comunidades rurales, campesinas e indígenas argentinas, por el otro, el turismo de raíces en Italia.

“La mayor parte de nuestros embajadores son de origen italiano, hablan el idioma, o al menos lo entienden bien –afirma Patricia–. Muchos de ellos ya han tenido la experiencia de ir a Italia en busca de huellas de su familia”.

Es el caso de los travel bloggers Lili Tarantino y Wally Dentati, bisnieta y nieto de inmigrantes respectivamente. Los abuelos de Wally, Cesare y Rosa Carola, eran de Gallarate (Varese). Y hacia allí se dirigió el matrimonio, descubriendo el interesante centro histórico de la pequeña localidad lombarda que nunca habrían elegido como destino de viaje si no hubiera sido por el vínculo familiar.

“También localizamos el punto exacto donde se encontraba la casa de nuestros abuelos”, cuenta Wally, conmovido.

“Ahora estamos tras la pista de mis bisabuelos, del sur, que estamos intentando localizar, pero el apellido está muy extendido y no ayuda –dice Lili–. Pero estamos decididos a encontrar su lugar de origen. Lo hacemos por nosotros, para escribir esta página en la historia de la familia, por nuestros hijos y, ahora, también por nuestros nietitos”.