No cabe duda de que la cocina italiana y argentina tienen mucho en común y es una de las muchas consecuencias de la inmigración al “nuevo mundo” llevada a cabo por millones de personas entre finales del siglo XIX y después de la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, también hay motivos para el desacuerdo. Un caso conocido es el de la pizza.
Los italianos reivindican la superioridad de la original napolitana, con su masa esponjosa, fina en el centro, más espesa en los bordes, con una salsa que se desliza hacia abajo si la comes con las manos.
Para muchos argentinos, sin embargo, la pizza napolitana es "miserable", porque no está cargada con suficiente cantidad de ingredientes. Prefieren la que tiene una masa más gruesa y compacta (para ser claros, más parecida a la pizza al taglio romana) y mucho queso y eventualmente otros agregados sobre la masa.
Ahora, un ranking de la revista de cocina Taste Atlas ("atlas del gusto") permitirá superar la rivalidad, dando a ambas tradiciones gastronómicas un lugar en el podio del sabor.
Según los expertos de la revista, los mejores quesos del mundo son los italianos. El ganador absoluto es el Parmigiano Reggiano, en primer lugar, seguido de la mozzarella de búfala de Campania y la crescenza. En sexto lugar, la burrata.
Sin embargo, si consideramos el ranking de los mejores platos a base de queso, es la provoleta argentina la que se lleva el primer puesto.
Es el plato que abre los famosos asados argentinos , a base de provolone semiduro que se corta en rodajas de un centímetro, se sazona con orégano y se coloca en la parrilla hasta que comienza a derretirse en el centro. En este punto se agrega la salsa chimichurri (una salsa verde con ajo) y se sirve con una rebanada de pan tostado. Todo acompañado de Malbec, el típico vino de asado.
La revista también recomienda algunos restaurantes de Buenos Aires donde se puede probar la provoleta: La Cabrera, Don Julio, La Carnicería, El desnivel y La Brigada.
Entre los quesos italianos, el Parmigiano Reggiano es conocido (e imitado, en algunos casos al limite de la falsificación) en todo el mundo.
Se elabora con leche cruda parcialmente descremada de vacas que comen pasto fresco. Sus orígenes se remontan a la Edad Media, cuando los monjes benedictinos y cistercienses recuperaron los humedales del valle del Po y empezaron a producir queso.
Hoy está provista de la marca Dop (Denominación de Origen Protegida). Esto significa que sólo puede denominarse Parmigiano Reggiano si se produce respetando especificaciones precisas y en queserías de las zonas de Parma, Reggio Emilia, Módena, Bolonia y Mantua.
Es ideal para pastas (pero nunca con salsas a base de pescado), minestrone y caldos, pero también es un excelente queso de mesa, perfecto para acompañar ensaladas y frutas frescas y secas.
El ranking de quesos en la página de Instagram de Taste Atlas.
La mozzarella de búfala DOP debe elaborarse íntegramente con leche de búfala y únicamente en la zona geográfica que comprende Campania, el Bajo Lacio, parte de la provincia de Foggia y Venafro (Molise).
La cresenza es un queso fresco y suave, de origen lombardo (también fue inventado por los monjes cistercienses en la Edad Media), con un período de maduración muy corto (a diferencia del stracchino común, que se deja secar durante unos días). Su nombre tiene que ver con que si se lo deja al calor "crece", o más bien leva, como el pan.
La burrata es otro queso fresco y estirado, típico de Murge (Puglia). Es redondo y puede parecer muzzarella, pero en el interior es más suave y, de hecho, mantecoso.
Es interesante señalar que todos los quesos italianos que ocupan los primeros puestos del ranking Taste Atlas se producen con leche de vaca. Para llegar a un pecorino hay que bajar al puesto 13 y 17, donde se ubicaron, respectivamente, el pecorino romano y el sardo.