SALADILLO – “Acá en Saladillo, el 50 por ciento de los apellidos italianos provienen de Teggiano, un pequeño pueblo cerca de Salerno”. Son palabras de Ana Tosca, presidenta de la Sociedad Italiana de Saladillo, en el centro de la provincia de Buenos Aires, a 180 kilómetros de la capital. Y no por casualidad, ciudad hermanada con Teggiano.

Saladillo tiene una economía agrícola: no de terratenientes que viven en la Capital, sino de pequeñas propiedades, cuyos propietarios residen en el lugar. “Los migrantes italianos trabajaban en el campo y en la construcción, los españoles abrían pequeños comercios y tiendas de alimentos, los turcos eran vendedores ambulantes”, así ilustra Ana la contribución de la inmigración a la formación de la ciudad.

Saladillo nació oficialmente en 1863. “La Sociedad Italiana, en 1874 –cuenta Ana–. Tanto que al principio era sin duda una presencia más fuerte que el Estado”. Proporcionaba asistencia económica, atención médica, e incluso hospitalidad a los recién llegados.

Sus bisabuelos provienen, por parte materna, de Savona y, por parte paterna, del Friuli. “Cosa que me sorprendió –admite–. Pensaba que Tosca era un apellido del centro de Italia”.

Hace poco la Sociedad Italiana recibió a los responsables del Museo del Apellido de Padula (Salerno), quienes ofrecieron una clase sobre genealogía e historia de los apellidos. Una invención de la Baja Edad Media (en la antigüedad, solo los nobles y los reyes tenían apellido, como la gens de los patricios romanos), que inicialmente servía para identificar de manera directa los lazos de paternidad y filiación. Luego se transformó en algo fijo, para reconocer no solo a las familias, sino también a los individuos.

Hace 10 años, la Sociedad Italiana de Saladillo estuvo a punto de perder el Teatro Guglielmo Marconi, de su propiedad, un emblema histórico en la ciudad. “La comisión directiva de entonces me pidió ayuda, porque mi familia había gestionado el cine y sabían lo mucho que me importaba –recuerda Ana–. Tuvimos que poner orden en los archivos, buscar documentos, actas de las asambleas de socios, balances… Nos llevó años, pero al final logramos recuperar la personería jurídica y el CUIT y salvar el teatro”.

En diciembre pasado se llevó a cabo una nueva inauguración, también porque, mientras tanto, la Sociedad Italiana lo enriqueció con la presencia de un bar temático. “Fue una gran fiesta con pizza, música y bailes típicos”, dice Ana. Una ocasión para celebrar también los 150 años de vida de la organización.

Para 2025 se proyecta desarrollar la oferta de actividades. “Dar a conocer a las escuelas la historia de nuestro teatro, un lugar simbólico para toda la ciudad –explica la presidenta–. Tenemos planeado un curso de danzas populares y también hemos reflexionado sobre la posibilidad de abrir cursos de idioma, pero en la ciudad ya está la Dante. No tiene sentido hacernos competencia, especialmente en un pequeño centro urbano”.

Otro proyecto, a más largo plazo, es la digitalización de todas las actas y documentos aún conservados en el archivo de la asociación desde su creación hasta hoy. “Sería un material valioso para cualquiera que quiera estudiar la historia de la ciudad”, afirma Ana.

¿Cuáles son las dificultades que quedan para una asociación que hasta hace pocos años estaba en riesgo de perderlo todo y desaparecer? “La debilidad está en la parte administrativa –afirma Ana–. Mantener en orden la documentación, las actas, los balances… Se necesitan personas que tengan ganas de hacerlo –ya que es un trabajo aburrido–, y sepan hacerlo. Y tal vez un poco de ayuda de la municipalidad: si pusiera a disposición un contador, no solo para nosotros, sino para todas las asociaciones, sería un enorme ahorro”.

Pero Ana no tiene dudas. “Este trabajo detrás de escena es indispensable –subraya–. Solo así, con los balances en orden, se puede desarrollar la parte creativa, los proyectos quizás confiados a la creatividad y al espíritu de iniciativa de los jóvenes. Y, sobre todo, acceder a concursos, convenios, subvenciones, hacer hermanamientos como el que tenemos con Teggiano”.

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