BUENOS AIRES – “Potenciar nuestros sindicatos, impulsar nuestras profesiones, defender la democracia”. Es el lema del 10º Congreso Mundial de la Internacional de la Educación que se desarrolla en el barrio porteño de Recoleta desde el lunes y que concluirá el viernes 2 de agosto.

El Congreso constituye el máximo órgano decisorio de la Internacional de la Educación (IE), que nuclea a 33 millones de docentes de 178 países del mundo, entre ellos representantes de los principales sindicatos italianos, como la Unión Italiana del Trabajo (Unione Italiana del Lavoro, UIL) -una de las tres confederaciones de trabajadores más importantes de la península junto a la Confederación General Italiana del Trabajo (Confederazione Generale Italiana del Lavoro, CGIL) y la Confederación Italiana de Sindicatos de Trabajadores (Confederazione Italiana Sindacati Lavoratori, CISL)-.

Por Argentina, participan los sindicatos nacionales afiliados a la IE: la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA), la Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU) y la Confederación de Educadores Argentinos (CEA). 

El evento de este año plantea, como ejes de discusión, “el avance de la derecha en el mundo y su intento de mercantilizar y privatizar la educación pública, el ajuste y desfinanciamiento, la quita de derechos, el hostigamiento a las organizaciones sindicales y el desguace de la educación pública como derecho social para convertirla en un servicio para pocos” explicaron sus organizadores. También se profundizará en la construcción de una “pedagogía liberadora”, que sostenga los derechos humanos y la democracia.

“Un evento tan importante confirma que las escuelas son cruciales para el futuro de los países –afirma Giuseppe D'Aprile, secretario general del área escolar de la UIL che Il Globo ha incontrato in una pausa dei lavori–. Todavía queda mucho por hacer para garantizar la calidad y la equidad en todo el mundo”.

Entre los problemas que afronta la educación, según D’Aprile, se encuentra la escasez -a nivel global- de docentes, algo que él califica como “dramático”. El dirigente, que además es docente de música, sostiene que esto se debe también a la falta de reconocimiento social y económico de la profesión.

“Las escuelas deben alejarse de las políticas de austeridad y del pacto de estabilidad, es decir, de las restricciones presupuestarias, y ser consideradas no como una fuente de ahorro sino de inversión” afirma D'Aprile, que destaca que, en el encuentro con distintos colegas de todas partes del mundo en el congreso pudo evidenciar la consideración por el modelo educativo italiano. “Este reconocimiento internacional confirma la solidez de nuestras escuelas” agrega.

La visita a la Argentina fue también una oportunidad para que la delegación de la UIL pueda reforzar lazos con la comunidad italiana presente en el país. Como paso previo “casi obligatorio”, asistieron a un encuentro con las autoridades de la escuela italiana Cristoforo Colombo, donde pudieron comprobar el buen nivel educativo que brinda la institución. “Hay seis docentes que vienen especialmente desde la Península a dar clases por un período y son financiados por el Estado italiano” cuenta, conforme con la iniciativa.

Desde izquierda, María Rosa Ana Alfieri, Giuseppe D'Aprile y Ricardo Maritato.

Antes de visitar la escuela, D’Aprile fue recibido por el Cónsul italiano de Buenos Aires, Antonio Puggioni, que “confirmó la importancia de esta escuela en el entramado de la sociedad” argentina.

Además, junto a integrantes de la UIL Argentina -entre los que se encontraban María Rosa Ana Alfieri, que además forma parte del Comites de Buenos Aires- la delegación mantuvo un encuentro con Ricardo Maritato, secretario general del sindicato educativo Compromiso, con quien conversaron acerca de la situación de los trabajadores de la educación de uno y otro lado del continente.