BUENOS AIRES – Es argentino el experto en ciberseguridad que asesora a empresas estadounidenses sobre cómo proteger datos y sistemas.
“No creas que en EE.UU. hayan resuelto todos sus problemas en términos de ciberseguridad, por eso estamos nosotros, desde la pequeña Silicon Valley de Buenos Aires”, bromea Sergio Oroña, refiriéndose al distrito de Parque Patricios, el barrio de la capital donde se han concentrado, gracias a una política de incentivos, las empresas de high-tech de la Ciudad.
La de Sergio es la clásica trayectoria de un niño prodigio empresarial. Ingresó a Microsoft a los 20 años mientras estudiaba Informática en la UADE (Universidad Argentina de la Empresa), donde permaneció hasta los 24, para luego fundar –“con 3.000 dólares, cuando la ciberseguridad apenas comenzaba”– su propia empresa: Consulting Services, que aún existe, después de más de 25 años, y ofrece a las empresas asesoría y soluciones personalizadas para centros de datos y seguridad.
El tema es, ante todo, cultural. “Se debe aprender desde niños a proteger nuestra ‘vida digital’ –afirma Sergio–. La prevención debería enseñarse en las escuelas”.
Luego está el mundo laboral, aún rezagado respecto a las nuevas necesidades.
“Las empresas mismas no entrenan a sus empleados –afirma el experto–. Los problemas no se resuelven solo con la compra de tecnología, se necesita formación. De hecho, ciertas herramientas muy sofisticadas, en manos equivocadas, son como martillos: corres el riesgo de golpearte los dedos”.
Hoy existe la figura del CISO (Chief Information Security Officer, es decir, el director de seguridad de la información), pero no sirve de mucho si los empleados no están capacitados sobre las reglas básicas.
Sergio Oroña.
El segundo aspecto es el presupuesto. ¿Cuánto se quiere gastar para proteger el bien más valioso de la empresa, los datos?
“Finalmente, los aspectos regulatorios, es decir, la legislación de los distintos Estados –añade Oroña–. Cultura, inversiones y normativa son las tres patas sobre las que se sostiene cualquier acción en este sector”.
Con base en estas premisas, Sergio Oroña fundó su segunda empresa, Sparkfound, completamente dedicada a la ciberseguridad, pero con una fórmula comercial innovadora.
“Monitoreamos los datos y servidores de nuestros clientes las 24 horas del día, los siete días de la semana –explica–. Y nos acercamos al cliente con una oferta similar a la de Netflix: elige el paquete que mejor se adapte a sus necesidades y en cualquier momento puede agregar o eliminar servicios. Nuestro lema es ‘democratizar’ la ciberseguridad”. Sin obligar a las pequeñas empresas a adquirir paquetes sobredimensionados para sus necesidades, pero al mismo tiempo ofreciendo estándares elevados a las grandes empresas.
“Nuestros contratos son transparentes, sin cláusulas abusivas, sin malas sorpresas –subraya orgulloso–. El cliente puede salir en cualquier momento, sin preaviso. Y, sin embargo, la rotación es casi nula y nuestros clientes son estables”.
“Estamos certificados con la ISO 27.000, tenemos más de 500 empleados y, entre nuestros clientes argentinos, están Mercado Libre y Accenture –dice Oroña–. También trabajamos mucho con Estados Unidos. Y cada vez que adquirimos un cliente en el extranjero, aunque sea pequeño, nos llena de orgullo y pensamos que apostar por el talento y el capital humano argentino fue la decisión correcta”.
No por nada, Sparkfound forma internamente a su personal. “No buscamos ingenieros, sino personas orientadas al servicio –explica el fundador–. La actitud colaborativa es más importante, a los fines de contratación, que el conocimiento técnico, que brindamos nosotros”.