BUENOS AIRES - Una fiesta de pizza al aire libre en el Jardín Oculto del Palazzo Leloir, sede del Círculo Italiano de Buenos Aires (Libertad 1264, CABA).
La organiza el restaurante del Círculo, Bravo Sinfonía Sensorial, el próximo 9 de febrero, a las 20 horas, para celebrar el World Pizza Day.
No confundir con el Día Mundial de la Pizza, la variante autóctona, que coincide con el 17 de enero, festividad de S. Antonio Abate, patrón de los fuegos y los hornos, y por lo tanto también de los pizzeros y panaderos que trabajan con esos elementos todo el día.
Y para que el evento no sea sólo gastronómico sino que se transforme en una fiesta sensorial en todos los aspectos, la velada tendrá un invitado de honor, el maestro pizzero Ezequiel Ortigoza, joven campeón del mundo en 2018 de pizza freestyle, es decir, acrobática.
“En realidad no inventamos nada nuevo –afirma–. Antes, todos los pizzeros hacían acrobacias y malabarismos cuando amasaban, era una forma de atraer clientes a su local".
En el caso de Ezequiel, el oficio viene de familia. Creció entre la harina, la mozzarella y la salsa de tomate en El Cuartito, una famosa pizzería de la Ciudad Buenos Aires, en pleno centro.
“Llevo 15 años trabajando en este sector –afirma–. Empecé en El Cuartito, junto a mi papá y mi hermano, luego me pasé a Güerrín”. Se trata de otro local histórico de las noches porteñas, en la Avenida Corrientes -la calle de cines y teatros, donde el público, después del espectáculo, sale a las calles en busca de una pizza y una cerveza para cenar-.
Finalmente fundó su propio restaurante, Furore, también en el centro (Esmeralda 451), donde se reconvirtió a la pizza napolitana. Una electrocución que se produjo no en el camino a Damasco, sino en Italia, a donde fue para participar en el campeonato mundial.
Una demostración acrobática de Ezequiel Ortigoza.
El evento del 9 de febrero marca también el traspaso de la dirección del restaurante del Círculo a la empresa Bravo, que tomó medidas para modernizar la cocina y realizar los trabajos de restauración de la sala.
La arquitecta Sandra Amerise, que forma parte de la empresa y, junto con Alfredo Read, se ocupa del marketing y comunicación de la marca, está orgullosa de eso.
“Queríamos valorizar un espacio rico en historia sin distorsionarlo –explica–. Al mismo tiempo, equipamos la cocina con el mejor equipamiento del mercado".
Así, mientras los socios de Bravo admiraban el revestimiento del suelo y se preocupaban por conservarlo, al mismo tiempo calculaban cómo mejorar la eficiencia energética en la cocina. Todo en línea con la filosofía del Círculo Italiano: tradición y renovación.
El nombre Bravo fue elegido pensando en el público al que va dirigido. “Una palabra italiana que todo el mundo conoce, incluso aquellos que no conocen el idioma ni tienen nada que ver con la comunidad”, explica Sandra, que ya prevé que el Festival de la Pizza se convertirá, año tras año, en un evento permanente.
Pero hay, literalmente, muchos proyectos hirviendo en la olla. Uno de ellos, por ejemplo, es un menú a base de ñoquis, el 29 de cada mes, como era tradición en las familias inmigrantes, cuando se acababa el dinero y -mientras esperaban cobrar el sueldo- cocinaban platos sustanciosos y a la vez baratos.
Para participar en la Fiesta de la Pizza es necesario reservar al whatsapp +54 9 11 3166 1475.
La entrada (de 15.500 pesos) da derecho a una pizza individual de 4 sabores diferentes y tres pintas de cerveza o dos bebidas sin alcohol.