BUENOS AIRES — No hay respiro para el peso argentino que, a pesar del anuncio de ayuda financiera de Estados Unidos al país (un swap por 20 mil millones de dólares), sigue en caída. El dólar superó la barrera de los 1.500 pesos, umbral fijado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) como límite a partir del cual el Banco Central (BCRA) puede vender reservas en divisas para contener la depreciación.
La cifra de los 1.500 pesos también representa una barrera psicológica, que desató tensiones en los mercados y forzó la intervención del organismo monetario. Tanto el dólar blue (mercado informal) como los tipos de cambio financieros (MEP y CCL) marcaron récords históricos: el blue llegó a unos $1.510, el MEP a $1.539 y el CCL a $1.558.
El Banco Central intervino con la venta de 379 millones de dólares para frenar el alza, que se suman a otros 50 millones colocados previamente. La operación no viola los acuerdos con el FMI respecto de las bandas de flotación, ya que el propio organismo contempla estas ventas para evitar que el tipo de cambio supere el techo acordado. De todos modos, los analistas advierten que las reservas están bajo fuerte presión, en un contexto de pagos de deuda y alta demanda de divisas.
La alarma se centra justamente en las reservas internacionales del BCRA, que rondan los 39.400 millones de dólares brutos, aunque se estima que apenas unos 6.000 millones serían líquidos y realmente disponibles para intervenir en el mercado.
En la antesala de las elecciones legislativas del domingo 26 de octubre, las empresas ya anticipan que la suba del dólar implicará un incremento en los costos de producción y en los precios al consumo, en una economía al borde de la recesión y afectada por una incertidumbre crónica que desalienta la inversión.
Varios economistas prevén una revisión de los límites de la banda cambiaria y sostienen que el peso está reflejando ahora un atraso acumulado durante los últimos meses.
También se complica el frente externo del gobierno de Javier Milei, con un FMI que exige dejar flotar el dólar para evitar la pérdida de reservas, mientras que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos presiona para sostener el valor del peso. En el plano interno, serán las urnas del domingo las que definan si los argentinos aún confían en el rumbo económico del presidente.