BUENOS AIRES — Bolivia elevó una protesta formal ante Argentina por la construcción de un alambrado de 200 metros en la frontera compartida, cerca de la localidad salteña de Aguas Blancas. La Cancillería boliviana expresó su “preocupación” y subrayó que “cualquier medida unilateral puede afectar la buena vecindad”, en un comunicado difundido ayer. La iniciativa, impulsada por el Ministerio de Seguridad argentino, forma parte del “Plan Güemes” para reforzar el control migratorio y el combate al narcotráfico.

Según Adrián Zigarán, interventor de Aguas Blancas, el cerco -que se extenderá desde la terminal de buses hasta el Puerto de Chalanas- obligará a los transeúntes a pasar por los puestos migratorios. “El plan es generar un cerrojo en forma de L, donde gendarmes y militares eviten que las personas circulen hacia el sur de la terminal”, explicó, en referencia a los intentos de cruce irregular a través del río Bermejo.

El ministro de Justicia boliviano, César Siles, tildó la medida de “vulneratoria de los principios de convivencia pacífica” y pidió la intervención de las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA). “Esperamos que solo sea un anuncio y no algo real”, declaró, insinuando una posible violación de tratados internacionales. Desde La Paz, además, anunciaron que solicitarán información oficial para “emprender las acciones que correspondan”.

La tensión se enmarca en un contexto de roce diplomático entre ambos países, agudizado desde abril de 2024, cuando la ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, denunció la “supuesta presencia de ramas armadas de iraníes” en territorio boliviano. En declaraciones previas, Bullrich había vinculado a grupos como Hezbollah con actividades en la Triple Frontera y señalado que “el continente latinoamericano no está fuera de los problemas de Medio Oriente”.

Zigarán justificó el alambrado como una respuesta a la falta de colaboración boliviana en los controles. “Durante las fiestas de fin de año, Bolivia envió solo un oficial migratorio, lo que generó demoras”, criticó. Además, alertó sobre el ingreso nocturno de “chancheros” que transportan mercadería de origen desconocido: “Vienen en tablas de surf por el río con bolsas de consorcio”.

El operativo forma parte de una estrategia más amplia del gobierno de Javier Milei para blindar las fronteras del norte, donde ya se desplegaron efectivos militares. Bullrich, que lanzó el Plan Güemes en diciembre de 2024, prometió dar un “golpe certero al narcotráfico” patrullando el Bermejo.

Mientras Bolivia insiste en el diálogo bilateral, la cancillería argentina aún no se pronunció oficialmente. Analistas advierten que el conflicto podría escalar si no se establecen mesas de negociación, en una región donde las tensiones geopolíticas y los flujos migratorios irregulares siguen en la agenda.