BUENOS AIRES – Tiene apenas veinte años, pero Donatella Di Meo tiene muy claro quién es y de dónde viene. “Me siento mitad italiana y mitad argentina —cuenta—, porque mi papá me transmitió por completo su cultura. Aunque nací en Argentina, crecí inmersa en el idioma y las tradiciones italianas”.

El vínculo con Italia es una parte viva de su identidad. “Cuando era chica pasaba mucho tiempo con mi papá, que trabajaba desde casa, conectado con Italia —remarca—. Desde entonces hablo italiano y crecí escuchando su lengua, sus historias, las recetas de su familia”.

Esa conexión también es el origen de Italmarket, la empresa fundada por el padre de Donatella junto a un socio, dedicada a la comercialización de productos italianos auténticos.

“El objetivo es traer un pedacito de Italia a la Argentina —explica—, con productos gourmet elegidos cuidadosamente, directamente desde ferias como TuttoFood o Cibus, y con una atención especial al cliente: en nuestros locales, el personal siempre está dispuesto a asesorar y acompañar en la compra”.

Con dos locales físicos —uno en San Telmo y otro en Recoleta— y un canal de ventas online, Italmarket busca llegar a todo el país, también a través de alianzas con emprendimientos en distintas provincias. Pero más allá de los números y la logística, lo que impulsa a la empresa es una verdadera pasión cultural.

“Participamos seguido de eventos de la comunidad italiana —cuenta Donatella— porque creemos que es fundamental mantener viva la cultura gastronómica italiana, que es mucho más que lo que se come: es historia, emoción, identidad”.

Donatella junto a sus padres en la Embajada de Italia en Buenos Aires

Y esas emociones, Donatella las vive en carne propia. “Un día, en el local de Recoleta, entró un señor mayor. Era italiano. Cuando vio los productos, se largó a llorar. Me dijo que le recordaban a su infancia. Fue un momento muy fuerte. Ahí entendí el valor de lo que hacemos: no es solo vender, es hacer revivir un pedazo de hogar”.

Donatella también viaja seguido a Italia. “Cada vez que voy, es una emoción constante. Me siento completamente en casa. Desde chica le decía a mi papá que mi sueño era vivir allá de grande. Para mí, es un país que tiene todo: historia, música, cine, paisajes… y, por supuesto, la cocina”.

Durante esos viajes también visitó la casa de su abuela paterna, que le demostraba su cariño cocinándole sus platos preferidos. “Ya de por sí la comida italiana es de las más ricas del mundo… pero la que cocina una verdadera nonna italiana no tiene competencia”.

Una de las experiencias más importantes de su vida reciente fue compartir la casa con su abuela en Argentina. “El último año de su vida vino a vivir con nosotros y fue hermoso compartir ese tiempo. Cocinaba, hablaba solo en italiano, contaba historias, preparaba sus recetas. Me acuerdo de una pasta súper picante que me sorprendió —recuerda conmovida—. Fue un año intenso, muy valioso”.

Un recuerdo de infancia durante uno de los tantos viajes a Italia.

Y es justamente en la cocina donde Donatella ve el puente más concreto entre Italia y Argentina. “Para muchas personas, la comida es la única forma de sentirse cerca del país, especialmente si no conocen el idioma o no pueden viajar”.

Mientras habla de los eventos en la Embajada Italiana o de las ferias a las que asiste con su papá, concluye con orgullo: “Cada vez que entro en contacto con la cultura italiana, me siento en casa. Es un sentimiento fuerte, profundo. Y poder compartirlo con otros, a través de un plato de pasta, un aroma o un recuerdo, para mí es un verdadero privilegio”.

El futuro aún está por escribirse, pero Donatella no duda de lo que quiere seguir construyendo: “Me gusta lo que hacemos, me gusta ser parte. Quiero seguir trabajando con mi familia en Italmarket, tanto en los locales como en el e-commerce. Siento que este proyecto tiene un gran potencial y un alma auténtica. Vaya donde vaya la vida, sé que mi conexión con Italia nunca se va a romper”