BUENOS AIRES - Con motivo de la IX Semana de la Cocina Italiana en el Mundo, que promueve la tradición gastronómica de la Península y recetas originales, queremos también celebrar aquellos platos apócrifos que en la Argentina se convirtieron en un símbolo de las raíces italianas tan presentes en la cultura local.

Tres platos con identidad propia que son una interpretación libre de otras recetas más tradicionales, adaptadas a los gustos y hábitos culinarios locales, y también a los recursos de materias primas que los inmigrantes han encontrado en el Nuevo Continente.

Tres recetas “italiano-descendientes” con raíces italianas, pero “nacidas y criadas” en Argentina, con identidad propia. Invenciones locales que han calado con el paso de los años y terminaron por convertirse en clásicos de la cocina popular. Tres ejemplos perfectos de cómo la cocina tradicional se ha enriquecido con creatividad.

La fugazzeta

La fugazzeta es una pizza que se inspiró en la focaccia de Liguria (fugazza es el nombre en dialecto genovés), pero que experimentó una evolución única en Argentina

A diferencia de la clásica focaccia, que en Italia suele ir acompañada de cebolla, la fugazzeta argentina es una auténtica pizza rellena, con una generosa cantidad de mozzarella, cebolla y, en ocasiones, incluso jamón u otros ingredientes. 

Presente en los menús de todas las pizzerías del país, la masa básica es la de la pizza, pero con la doble masa que contiene el relleno. Suele ser consumida acompañada de una cerveza fría.

Milanesa a la napolitana

Quizás el plato falso italiano con el nombre más controvertido, pensando en la antigua rivalidad entre el norte y el sur de Italia, la milanesa a la napolitana es uno de los platos más queridos en Argentina. Sin embargo, no tiene nada que ver ni con la tradición de Nápoles ni con la de Milán.

“Milanesa” es el nombre con el que se llama en Argentina a la rebanada de carne rebozada, frita o al horno. En Argentina es una institución y por sí sola constituye la base de la nutrición de jóvenes y niños.

La versión “napolitana” consiste en una milanesa cubierta con salsa de tomate, una feta de jamón y una generosa dosis de queso derretido, condimentada con orégano, que se mete al horno por unos instantes hasta que quede dorada y crujiente. 

Aunque en Italia existe la “parmigiana” (por ejemplo, la de berenjena), la milanesa a la napolitana es una invención exclusivamente argentina. El plato generalmente se sirve con patatas fritas, puré de patatas o ensalada, y es una comida reconfortante que nunca falta en las mesas argentinas.

Los sorrentinos

Los sorrentinos son un plato de pasta rellena que muchos piensan que proviene directamente de la costa napolitana, pero en realidad son un invento argentino, aunque inspirados en las pastas rellenas típicas de esas zonas.

Según la leyenda, fueron inventados en un restaurante de Mar del Plata: a la historia está dedicada la novela Los sorrentinos , de Verónica Higa (Editorial Sigilo). Se caracterizan por tener una forma redonda, un tamaño más grande que los ravioles normales y un relleno que puede variar mucho, pero que generalmente incluye una combinación de queso y jamón. En ocasiones pueden estar rellenos al estilo Caprese, con tomate y mozzarella. 

Los sorrentinos se han convertido en un plato habitual en las trattorias y sobre todo en un símbolo del almuerzo dominical de las familias de origen italiano, servido muchas veces con una rica salsa de tomate.