CARACAS – “Un acto de agresión criminal e imperialista”. Con esas palabras el presidente venezolano Nicolás Maduro reaccionó con dureza al ataque estadounidense de ayer, que derivó en el hundimiento de un barco venezolano acusado por el presidente Donald Trump de transportar droga.

Maduro declaró el estado de máxima alerta en todo el país, mientras que el ministro de Comunicación, Freddy Ñáñez, puso en duda la autenticidad del video difundido por Trump, sugiriendo que fue generado con inteligencia artificial.

“Parece que el secretario de Estado Marco Rubio sigue mintiéndole a su presidente”, escribió Ñáñez en Telegram, calificando el video como generado por IA. Y agregó: “Basta, Marco Rubio, dejá de alentar la guerra y de mancharle las manos de sangre a Trump”.

Según lo comunicado por el presidente estadounidense, las fuerzas armadas de EE.UU. hundieron en aguas internacionales un barco venezolano sospechado de estar bajo el mando de la banda Tren de Aragua, clasificada por Washington como organización narco-terrorista.

En el ataque murieron once personas que estaban a bordo, mientras que –según declaró Trump– ningún militar estadounidense resultó afectado en la acción, definida como un kinetic strike, es decir, un ataque físico que causa destrucción y muertes con el objetivo de neutralizar blancos tácticos o estratégicos. El hundimiento también fue confirmado por el secretario de Estado Marco Rubio como una respuesta al grupo criminal.

Las relaciones entre EE.UU. y Venezuela se deterioraron desde la elección de Hugo Chávez en 1999 y alcanzaron su punto máximo de crisis en 2019, cuando Washington no reconoció la reelección de Maduro y apoyó a Juan Guaidó como presidente interino, acompañando las presiones diplomáticas con sanciones económicas y operaciones secretas contra el régimen.

Desde agosto, EE.UU. desplegó ocho buques de guerra con misiles y un submarino nuclear cerca de las costas venezolanas, con el objetivo declarado de frenar el narcotráfico. Ahora, el ataque ordenado por Trump amenaza con generar una escalada militar, alimentando el temor a un conflicto abierto o a acciones contra infraestructuras venezolanas.