BUENOS AIRES - En el Círculo Italiano de Buenos Aires, la tarde del viernes comenzó con un malentendido típicamente “montalbanesco”: Catarella llamando al famoso comisario a las cinco de la mañana y dando una información no del todo correcta. Un malentendido que se resolverá algunas horas después cuando el comisario Salvo Montalbano asista a su oficina –ya bastante más despierto– y se encuentre con su entrañable subordinado “di persona personalmente”.
Con esa escena arrancó Il ladro di merendine, el primer episodio de la serie televisiva italiana Il commissario Montalbano, proyectado durante la clase especial que formó parte del homenaje por los cien años del nacimiento de Andrea Camilleri.
Fue durante la primera “merienda” del ciclo dedicado al giallo italiano que organiza la institución y estuvo guiada por la profesora Sol de Brito.
Participaron más de treinta personas –entre ellas, varios italianos nacidos en la península– que se sumaron con entusiasmo al análisis colectivo del capítulo.
Il ladro di merendine fue también la excusa perfecta para repasar algunos de los elementos más característicos de la obra de Andrea Camilleri. En aquel episodio el comisario conoce a François, un niño inmigrante que tendrá continuidad en la serie televisiva y que pondrá a prueba la moral de Salvo. También se perfila el vínculo, con todos sus matices, con Livia, que vive en Génova y con quien Montalbano mantiene una relación a distancia. “A veces se siente affogato”, ilustra Sol.
La profesora guió a los asistentes por los pliegues del lenguaje: desde el uso del dialecto siciliano –presente en toda la serie– hasta expresiones como babbiare (bromear, tomar el pelo) que hoy forman parte del habla cotidiana en Italia.
También se refirió a los códigos culturales del sur, como el silencio cómplice que atraviesa muchos de los casos que investiga Montalbano: “Nessuno vede, nessuno ascolta” (“Nadie ve y nadie escucha”), comentó, al analizar la actitud de algunos personajes que prefieren callar, aunque no tengan nada que ocultar.
Como en la serie, lo culinario no fue accesorio: la merienda, a cargo del restaurante Bravo –ubicado dentro del Círculo Italiano–, constó de una torta caprese de almendras y chocolate amargo, acompañada por una quenelle de helado de pistacho tostado e incluía café.

La merienda estuvo a cargo del restaurante Bravo.
Un momento especial fue la proyección del saludo enviado desde Italia por Luca Zingaretti, el actor que encarnó a Montalbano desde 1999 hasta 2021. “Vi saluto afectuosamente e vi mando un grande abbraccio” (“Los saludo con mucho cariño y les envío un gran abrazo”), dijo al final del video.
El saludo de Luca Zingaretti al Círculo.
La serie original cuenta con 37 episodios, además de otros tantos del spin-off Il giovane Montalbano, protagonizada por Michele Riondino. Si bien cada capítulo puede verse de manera independiente, todos juntos componen una verdadera sinfonía del sur italiano, donde se entrecruzan el humor, la ironía, la crítica social y una fuerte identidad territorial.
Antes de finalizar la jornada, la profesora de Brito anunció que este fue apenas el primer encuentro del ciclo. El próximo será el sábado 6 de septiembre a las 16, y estará dedicado al vicequestore Rocco Schiavone, el emblemático personaje creado por Antonio Manzini, ambientado en los paisajes invernales de la Valle d’Aosta.