CARACAS – En una capital blindada, Nicolás Maduro juró, “en nombre de Hugo Chávez”, como presidente de Venezuela para el periodo 2025-2031. Es su tercer mandato.
La ceremonia se realizó frente a Jorge Rodríguez, presidente del Parlamento, que posee mayoría chavista. Maduro se comprometió a “hacer cumplir todos los deberes de la Constitución” y prometió seis años “de paz, prosperidad y nueva democracia”. Inmediatamente después le fue entregada la banda presidencial.
Mientras tanto, la televisión estatal mostraba imágenes de sus seguidores reunidos fuera del Parlamento.
La frontera con Colombia estará cerrada durante cuatro días, para frenar cualquier intento de Edmundo González Urrutia de ingresar al país para reclamar la presidencia, tal como había anunciado en los días anteriores que era su intención.
Para la oposición, la toma de posesión de Maduro, considerado el usurpador de los resultados de las elecciones, es un “golpe de Estado”. Plataforma Unitaria, la principal coalición opositora, habla de “usurpación del poder por parte de Nicolás Maduro, sostenido con la fuerza bruta e ignorando la soberanía popular”, como se lee en un comunicado.
“Que nos guste o no González Urrutia como político, eso es irrelevante en este punto: aquí se trata de respetar la voluntad popular expresada en el voto”, dijo a Il Globo la politóloga Marisela Betancourt, exiliada en Buenos Aires desde hace ocho años y simpatizante de la “revolución bolivariana” de Hugo Chávez, cuyos ideales fueron traicionados precisamente por la progresiva transformación del gobierno de Venezuela en un régimen.
El único jefe de Estado presente fue el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, además de diplomáticos de varios países, especialmente africanos y caribeños. Vyacheslav Volodin, presidente de la Duma, el Parlamento ruso, estuvo presente en representación de Vladimir Putin. Por China, estuvo Wang Dongming, representante del Parlamento, en nombre del presidente Xi Jinping. A ellos se sumaron algunas figuras de la OPEP, la organización de productores de petróleo, de la cual Venezuela forma parte.
Mientras tanto, Estados Unidos introdujo nuevas sanciones contra ocho altos funcionarios de Caracas “a cargo de las principales agencias económicas y de seguridad que permiten la represión y la subversión de la democracia en Venezuela por parte del presidente Nicolás Maduro”.
Lo anunció el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, John Kirby. Entre los destinatarios de la medida se encuentran altos funcionarios del ejército y la policía, así como los presidentes de las empresas estatales de petróleo y transporte aéreo.
También la Unión Europea prorrogó por un año, hasta el 10 de enero de 2026, las medidas restrictivas contra el país.