BUENOS AIRES – “En un mundo en el que están cambiando todas las certezas en las que hemos confiado hasta ahora, creemos que ha llegado el momento de estrechar lazos con países que están ligados a nosotros por algo que va más allá del interés mutuo, basado en una cercanía de cultura, historia, población, religión y un pasado de relaciones amistosas”. Con estas palabras, Attilio Fontana, presidente (por la Lega Nord) de la Región Lombardía, explicó el significado de la misión en Sudamérica de estos días.
Tres etapas (Santiago, Buenos Aires y San Pablo), en las que lo acompaña Raffaele Cattaneo (subsecretario de Relaciones Internacionales y Europeas de la región) y representantes del mundo empresarial y universitario.
Dos días de la misión se dedican a la Ciudad de Buenos Aires. El 18 de marzo fue el día institucional, con encuentros políticos (entre ellos, con Daniel Scioli, secretario de Deporte, y Jorge Macri, jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) y empresariales (en la Bolsa de Comercio de la capital). Hoy, en cambio, le toca al mundo universitario (a las 18 está prevista una intervención en la Universidad de Belgrano, organizada por la Cátedra Italia) y al asociacionismo lombardo.
Anoche, durante un encuentro en la Embajada, resumió la historia de las relaciones entre Lombardía y Argentina e ilustró los proyectos para el futuro.
“Los contactos anteriores eran muy antiguos –dice–. Hubo visitas a principios de los años 2000, cuando era presidente del Consejo Regional. Luego la situación se fue desvaneciendo”.
Ahora ha llegado el momento de retomar. “Nos pareció necesario restablecer los vínculos con Argentina y otros países de Sudamérica –continúa– para proponer nuestra colaboración y escuchar sus solicitudes”.
De izquierda a derecha, Cattaneo, Scioli y Fontana. (Foto: Lombardia Notizie)
La atención de Fontana está puesta en las pequeñas y medianas empresas (Pymes) lombardas. “Son excepcionales –subraya–, pero tienen algunas dificultades para presentar sus productos en los mercados internacionales. Nuestro proyecto prevé abrirnos al mundo, abrir nuestras capacidades y nuestras fuerzas, llevar a nuestros empresarios a confrontarse con realidades globales”.
Fontana se muestra orgulloso al describir a la comunidad lombarda, “única en su tipo, porque logra combinar la dedicación al trabajo con la creatividad, entendida como la capacidad de dar respuestas a todas las necesidades y adaptarse a los cambios impuestos por el mercado”. Y bromea: “En Lombardía se trabaja como en ningún otro lugar del mundo, no es algo de poca importancia”.
El balance del primer día de encuentros en Argentina es positivo, tanto para Fontana como para Cattaneo. Están listos para avanzar con proyectos tanto con el Estado nacional como con las provincias individuales, estructuras similares a las regiones italianas.
“Hablamos con los dos niveles –explica el gobernador–. Gracias al papel cada vez más autónomo de las Regiones en Italia, podemos firmar acuerdos directos”.
Los sectores industriales interesados en posibles proyectos son el clúster aeroespacial, el automotriz y, en general, el campo de la innovación y la investigación. “Hablamos sobre la gestión de residuos y de una sostenibilidad energética que no tenga consecuencias para la economía y la sociedad”, afirma Fontana.
En los últimos meses, las relaciones entre el gobierno italiano y el argentino fueron muy intensas, y ahora la presidencia de Donald Trump en los EE.UU. introduce un nuevo actor, que tendrá consecuencias tanto para la Unión Europea como para el Mercosur.
“No por casualidad elegimos venir a América Latina justamente ahora –interviene el subsecretario Raffaele Cattaneo–. Priorizando Santiago, Buenos Aires y San Pablo, territorios para nosotros significativos, con los que compartimos la misma estructura empresarial y la idea de una economía basada en el trabajo, la empresa y no en la asistencia del Estado”.
El subsecretario destaca la sintonía entre el gobierno italiano y el de Milei: “Ambos son favorables a la empresa, dan mucho valor a la libertad y la subsidiariedad. En Lombardía apoyamos la participación de los cuerpos intermedios”.
Acompañan la misión delegados de cuatro universidades públicas lombardas: Pavía, la Estatal y el Politécnico de Milán, Insubria (Varese).
“El representante de la Universidad de Pavía también es representante del clúster aeroespacial, que aquí despierta gran interés”, explica Cattaneo, destacando cómo ahora los acuerdos y convocatorias se piensan a nivel de clúster, es decir, una cadena que va desde la universidad a la empresa, desde la pequeña empresa del sector hasta la multinacional, todas conectadas por la finalidad del producto. “Involucrando, en el caso del aeroespacial, a la pequeña empresa que produce tornillos, hasta una excelencia como Leonardo”, agrega.
¿Juega un papel la ciudadanía italiana de Javier y Karina Milei, obtenida hace pocos meses y anunciada por Il Globo, en esta sintonía italo-argentina? “Seguramente sí –responde Cattaneo–. Pero la italianidad está tan difundida en Argentina que es más difícil encontrar a alguien que no tenga ascendencia italiana que al contrario”.