ROMA – Hay nuevo Papa y es estadounidense. Robert Francis Prevost, de 69 años, fue elegido este miércoles como el sucesor de Pedro y adoptó el nombre de León XIV. El anuncio lo dio el cardenal Dominique Mamberti desde el tradicional balcón de la Basílica de San Pedro, ante una Plaza repleta: más de 100 mil personas esperaban la señal blanca del Vaticano.

La elección fue sorpresivamente rápida: se resolvió en la cuarta votación del cónclave, algo que no pasaba desde 2005, cuando fue elegido Benedicto XVI. También marca un dato poco común: León XIV es apenas el tercer Papa en la historia que es elegido en el mes de mayo, el mes de la Virgen.

Prevost no es un desconocido en América Latina. De hecho, muchos lo llaman el “yanqui latinoamericano”. Nació en Chicago, pero vivió 15 años como misionero en Perú. Además, hasta ahora se venía desempeñando como prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Comisión Pontificia para América Latina. En 2023 había sido nombrado cardenal.

Tiene una carrera extensa dentro de la Iglesia. Estuvo en Perú entre 1985 y 1999, y tras pasar por cargos clave en Estados Unidos, volvió a Latinoamérica en 2013 como obispo de Chiclayo. Fue el Papa Francisco quien lo llevó a Roma el año pasado.

Prevost habla español, portugués, francés e italiano, y en Perú se hizo notar por su trabajo con los sectores más vulnerables y con migrantes. Como encargado de nombrar obispos, fue parte de la construcción de lo que muchos dentro del Vaticano llaman la “generación bergogliana”, el ala más progresista del clero.

Sus primeras palabras como Papa no pasaron desapercibidas: habló de una “paz desarmada y desarmante que viene de Dios”, en una clara línea de continuidad con el mensaje final de su antecesor, que había hecho un fuerte llamado a frenar los conflictos armados.

La elección de León XIV fue respaldada sobre todo por los cardenales latinoamericanos, y también por un sector del bloque estadounidense, que hoy está bastante dividido entre conservadores y progresistas. Justamente ese perfil de puente entre dos mundos fue lo que terminó de convencer al cónclave.

Pero no todo es consenso. Prevost arrastra algunas denuncias: en 2024, él y su sucesor en Chicago, Blaise Cupich, fueron acusados de no haber actuado en los años '80 y '90 ante abusos cometidos por dos sacerdotes agustinos que luego fueron condenados. También en Perú, tres religiosas lo señalaron por encubrir denuncias contra dos curas. La diócesis respondió que las había orientado a hacer la denuncia judicial y que el proceso canónico no avanzó por prescripción.

Con León XIV, la Iglesia vuelve a elegir un perfil internacional, con raíces fuertes en América Latina pero también en el mundo anglosajón. Habrá que ver ahora cómo impacta su figura en la política global -especialmente en la interna católica de Estados Unidos-, más aún desde la conversión al catolicismo del presidente JD Vance en 2019.