ROMA – Con 81 votos a favor, 37 en contra y ninguna abstención, el Senado italiano aprobó el decreto ley que introduce nuevas reglas en materia de ciudadanía por descendencia, modificando la actual aplicación del ius sanguinis.
El texto, que está en vigencia desde fines de marzo -luego la aprobación del Consejo de Ministros-, fue aprobado en la versión presentada por la Comisión de Asuntos Constitucionales y ahora pasa a la Cámara de Diputados, donde deberá convertirse en ley antes del 27 de mayo.
La norma implica una revisión significativa de la Ley N.º 91 de 1992: si bien se mantiene el principio de reconocimiento de la ciudadanía italiana por descendencia, se limita el derecho automático únicamente a los descendientes hasta el segundo grado.
En la práctica, será ciudadano italiano desde el nacimiento quien tenga al menos un padre o un abuelo (ascendente en primer grado de los padres) nacido en Italia o que haya residido allí al menos dos años continuos antes del nacimiento o adopción. Los hijos de italianos seguirán recibiendo la ciudadanía automática si nacen en Italia.
La sesión concluyó con la intervención del senador Roberto Menia (de Fratelli d’Italia, FDI), quien argumentó que la pertenencia a una nación está ligada a una identidad “espiritual”, que no debería definirse únicamente por la sangre ni por el lugar de nacimiento, sino por un sentido de pertenencia cultural. Se mostró decepcionado porque no se aprobó la propuesta que exigía el conocimiento del idioma italiano, afirmando que la lengua es un elemento esencial para ese sentido de identidad.
El gobierno argumenta que el objetivo del decreto es reforzar el vínculo real entre el ciudadano y el Estado, como se subraya un comunicado oficial: “Se fortalece la necesidad de un lazo efectivo con Italia por parte de los hijos nacidos en el extranjero de ciudadanos italianos, también con el objetivo de alinearse con las legislaciones de otros países europeos”.
Excepciones previstas
Se mantienen algunas excepciones para quienes ya hayan iniciado o completado trámites de reconocimiento de la ciudadanía antes de la entrada en vigor del decreto. En particular:
- Quienes hayan presentado su solicitud con documentación completa en el consulado o el municipio antes de las 23:59 del 27 de marzo de 2025;
- Quienes hayan iniciado un proceso judicial antes de esa misma fecha y hora.
No se pierde la ciudadanía si ya fue reconocida previamente por autoridades italianas como tribunales, municipios o consulados. Las nuevas reglas se aplicarán solamente a quienes tengan también otra ciudadanía, para evitar casos de apatridia.
Canales alternativos para descendientes
El decreto también prevé nuevas oportunidades de ingreso y residencia en Italia para trabajar en relación de dependencia, dirigidas a personas extranjeras que vivan fuera del país, descendientes de ciudadanos italianos, y que además tengan la ciudadanía de países considerados históricamente destino de la emigración italiana. La lista de estos países será definida por decreto del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Finalmente, se reduce de tres a dos años el requisito de residencia legal para solicitar la ciudadanía italiana, si el solicitante tiene un padre o abuelo que es o fue ciudadano italiano por nacimiento.
Tajani: “Una ciudadanía responsable”
El ministro de Relaciones Exteriores, Antonio Tajani, defendió la medida, calificando la reforma como “necesaria para devolverle dignidad y sentido a un derecho que debe basarse en un vínculo auténtico con Italia,