BUENOS AIRES - Esta mañana la Plaza Italia de la Ciudad de Buenos Aires fue escenario de la tradicional ceremonia por el Día de la Liberación Italiana, organizada por el Consulado General de Italia en Buenos Aires y la Embajada de Italia en Argentina.
En el evento participaron el embajador Fabrizio Lucentini, el cónsul general Carmelo Barbera, el vicecónsul Lorenzo Conti, miembros del Com.It.Es. de Buenos Aires, dirigentes sindicales de CGIL y CISL, representantes de los patronatos INCA y ACLI, colegios italianos con sus estudiantes y los Alpini de Buenos Aires.
Durante su intervención, el embajador Lucentini recordó el significado histórico de esta fecha, marcada por la liberación de Italia del nazifascismo hace ochenta años. Subrayó que la democracia y la libertad no deben darse por sentadas: “Se conquistan día a día”, afirmó. También evocó la figura del papa Francisco, recientemente fallecido, destacando su historia personal como símbolo de la migración italiana en Argentina.
Lucentini hizo hincapié en la diversidad de la resistencia partigiana, integrada por jóvenes, intelectuales, campesinos y excombatientes, y recordó a los 600.000 soldados italianos que rechazaron servir al régimen de Saló -el gobierno fascista de Benito Mussolini que se formó después del 8 de septiembre 1943- muchos de los cuales fueron asesinados o deportados. “La sangre de los mártires es la que nos devolvió la democracia”, expresó el diplomático.
El cónsul Barbera, por su parte, señaló que la conmemoración adquiere un tono especial este año, al coincidir con el luto por la muerte del sumo pontífice. “Plaza Italia es un lugar emblemático de la presencia italiana en Buenos Aires, y esta ceremonia nos invita a reflexionar sobre el valor inestimable de la paz y la libertad”, dijo. Dirigiéndose especialmente a los estudiantes, enfatizó la importancia de preservar la memoria histórica y fortalecer los lazos entre Italia y Argentina.
La jornada, que inició con la entonación de los himnos de ambos países, se dio en un clima de respeto y memoria colectiva. Para la comunidad italiana en Argentina, la fecha no solo rememora el pasado, sino que también reafirma valores fundamentales compartidos entre ambas naciones.