BUENOS AIRES – En el centro de cada uno de sus espectáculos está el canto. O, mejor dicho, la “poesía cantada”. En Taranta d’amore, Ambrogio Sparagna no hará una excepción.
Él –músico, etnomusicólogo, virtuoso del acordeón diatónico y director de la Orchestra Popolare Italiana– es un ejemplo de la enorme vitalidad que tiene hoy la música tradicional. Presentará el espectáculo en la Ciudad de Buenos Aires, como cierre de la Semana de la Lengua Italiana en el Mundo, el 19 de octubre a las 19 en el Teatro Coliseo (Marcelo T. de Alvear 1125), con entrada gratuita. Los tickets (máximo cuatro por persona) se pueden retirar en la boletería del teatro a partir de hoy y hasta el 18 de octubre, de 14 a 20.
“Taranta d’amore se caracteriza por la presencia de cantos en italiano y algunos ejemplos en dialecto –explica–. Son cantos líricos, serenatas y composiciones ligadas a la danza popular, como la tarantela, interpretados según modos que todavía están muy presentes en muchos repertorios italianos”.
Repertorios que salieron de los pequeños círculos de nostálgicos y especialistas para imponerse ante un público masivo, sobre todo joven, como lo demuestra el éxito de eventos como La Notte della Taranta, en Puglia.
“El fenómeno –explica– comenzó a principios de los años noventa, dentro de movimientos juveniles ligados a realidades territoriales de zonas periféricas de Italia. Fue un redescubrimiento de la identidad cultural que reavivó el interés por las formas del canto popular en dialecto y sus instrumentos tradicionales”.
Así nacieron nuevas generaciones de músicos y gestores culturales que empezaron a crear una serie de festivales. “Entre ellos –continúa Sparagna– el más importante es justamente el de La Notte della Taranta, que yo mismo dirigí durante algunos años y que alcanzó dimensiones enormes, hasta convertirse en una de las principales atracciones turísticas de Puglia”.
Sigue abierto el debate entre los puristas, que sostienen que el folclore debe preservarse de manera casi filológica, y quienes creen que debe actualizarse y renovarse constantemente. ¿Cuál es la posición de Sparagna?
“La música tradicional, por naturaleza, busca siempre renovarse, ubicándose dentro del contexto histórico en el que se manifiesta –afirma–. Mi trabajo siempre se caracterizó por una actividad de estudio filológico, pero también por una propuesta musical que, a través de arreglos instrumentales y vocales, pueda llegar a un público cada vez más amplio”.
De la música tradicional, el artista conserva una gran atención por las estructuras poéticas del canto. “Porque representan el eje sobre el cual se desarrolla cualquier intervención de reescritura o reelaboración –aclara–. Otro aspecto fundamental es el uso de instrumentos y sonoridades típicas de la tradición: instrumentos antiguos como el pandero, el acordeón, las zampoñas y las chirimías”.
En el espectáculo del Coliseo, además de los músicos de la Orchestra Popolare Italiana, lo acompañará el grupo de tango local La Chicana, para subrayar que existen puntos de encuentro y de intercambio entre ambas culturas, más allá del origen italiano de autores como Osvaldo Pugliese o Astor Piazzolla.
“Además de las similitudes con el repertorio típico del tango –dice– hay muchas afinidades con los ritmos más cercanos a la tradición rural, como el chamamé, que recuerda muchas danzas de la zona de los Apeninos italianos”.
Quizás haya llegado el momento de sacarle la etiqueta partidaria a la música popular. En los años setenta fue un emblema de la izquierda, y luego fue apropiada por la derecha y la Liga.
“Vincular la música popular a una identidad política marcó profundamente la escena musical de los años setenta –recuerda–. Aquellos años fueron decisivos para la valorización y la investigación musical, pero con el tiempo también generaron muchas distorsiones que, por suerte, hoy ya no son un elemento esencial en la práctica de este género, que reúne a millones de apasionados en toda Italia y también en muchos países europeos”.