BUENOS AIRES – En Argentina, todos recuerdan a la Cicciolina. Ilona Staller, estrella del porno en los años ochenta y luego diputada de la República Italiana entre 1987 y 1992, visitó el país en 1990, recibida por el entonces presidente Carlos Menem.
Pero pocos conocen a Riccardo Schicchi (1953-2012), fundador de la agencia Diva Futura, quien en los 80 y 90 fue el manager de Ilona y otras pornostars de la época, como Moana Pozzi (que falleció a los 33 años por cáncer de hígado en 1994) y Eva Henger (también su esposa).
Una especie de idealista del rubro, que se definía “amoral pero no inmoral” y soñaba con hacer películas porno de calidad (con trama, actores reales, banda sonora...), sin violencia ni abusos, respetando a las personas, especialmente a las mujeres.
Su historia es llevada al cine en Diva Futura, de Giulia Steigerwalt, que se estrenó anoche, 10 de abril a las 21:40, en el cine Cinépolis del Recoleta Mall, durante la Semana del Cine Italiano en la Ciudad de Buenos Aires. Habrá otra función el 14 de abril a las 19.
La película está basada en el libro homónimo, publicado en Italia por Sonzogno y escrito por Debora Attanasio, secretaria y factótum de Schicchi durante una década. Además, colaboró en el guion y el rodaje.
“Hice la entrevista en 1992, casi por desesperación, tras una seguidilla de malas experiencias con jefes que me hicieron propuestas indecentes —recuerda—. Iba lista para salir corriendo al mínimo indicio de favores sexuales, pero él fue profesional y correcto. El problema era que las anteriores secretarias renunciaban por las jornadas de 16 horas. A cambio, pagaba muy bien. Fui la única que aguantó ese ritmo frenético”.
Debora conoció a todos los que orbitaban alrededor de Diva Futura. “Hay muchos mitos sobre el mundo del porno —dice—. Pero las actrices en casa usan pantuflas y pijama, cuidan a sus hijos, tienen problemas cotidianos como cualquiera, leen libros”.
La agencia se convirtió en su segunda familia. “Con Eva, la mujer de Riccardo, todavía nos vemos. Era una chica cultísima que escuchaba música clásica con auriculares”. Trabajó en TV, en un programa familiar de Mediaset con el Gabibbo, y ahora es guionista. Su película The Contract, próxima a estrenarse, tuvo a Kevin Spacey como protagonista.
“En esos años, cambié mi visión moral —dice Debora—. Eva, Moana, Ilona y las demás son mujeres que se adaptaron a un mundo donde hacerse rico es difícil, y más si sos mujer. Nunca le hicieron daño a nadie”.
El daño, más bien, se lo hicieron a ellas cuando quisieron “hacer otra cosa”, y la sociedad —a menudo de manera vulgar— les reprochó esa etapa de sus vidas.
“Eva sufrió especialmente por sus hijos”, cuenta Debora. A la Cicciolina le fue mejor: hasta llegó al Parlamento italiano, electa con los Radicales.
“Batió récords de asistencia en la Cámara, pero nadie lo notó —relata Debora—. Presentó proyectos de ley interesantes, escritos con ayuda de Riccardo, que nunca se trataron”.
Uno proponía "Parques del Amor", zonas seguras donde los jóvenes —en tiempos del Monstruo de Florencia— pudieran intimar sin miedo. Otro, sobre sexualidad en prisiones. “Una verdadera pionera —destaca Debora—. Quién sabe cuántos suicidios de presos hubiéramos evitado”.
La portada del libro de Attanasio, editado por Sonzogno.
El libro de Attanasio, basado en sus diarios de la época y retomado años después, primero se publicó con otro título y editorial. Reeditado y actualizado, salió con bajo el sello editorial de Sonzogno. Está dedicado a los hijos de Riccardo: “Para que sepan qué hombre era su padre —dice la autora—. Lo veía en la oficina, con su bebé en brazos, adorándolo, para relevar a Eva”.
La película incluye videos originales de la época que “dialogan” con los actores. Pietro Castellitto interpreta a Riccardo, Barbara Ronchi, a Debora, Denise Capezza es Moana Pozzi (con una sorprendente semejanza en gestos y voz), Tesa Litvan hace de Eva Henger, y Lidija Kordic, de Ilona Staller.
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