MONTEVIDEODurante la Segunda Guerra Mundial, la flota mercante italiana -por aquel entonces, una de las más importantes del mundo- fue arrasada por el conflicto bélico, con una suerte trágica que hoy en gran parte ha sido olvidada.

Cuando Italia entró en la guerra del lado de Alemania, el 10 de junio de 1940, más de 200 barcos comerciales con bandera italiana quedaron imposibilitados de volver al Mediterráneo, ya que no podían atravesar el estrecho de Gibraltar, entonces -y también ahora- controlado por el Reino Unido.

Entre ellos había muchos buques petroleros de armadores ligures, como el Atlas Genova, que en ese momento se encontraba en el puerto de Tampico, México, y quedó varada, lejos de Europa. Aunque oficialmente neutral, México decidió requisar algunas embarcaciones extranjeras con el objetivo de fortalecer su flota petrolera y favorecer el comercio con Estados Unidos, que ya se encaminaba hacia su entrada en la guerra junto a Francia y el Reino Unido.

Fue en ese contexto que Domenico Bruzzone, originario de Génova-Pegli y jefe de máquinas de la petrolera, vivió su dramática experiencia como prisionero, redescubierta por su nieto, que lleva su mismo nombre.

“La historia salió a la luz gracias a la búsqueda de una imagen del barco Atlas Genova, que no figuraba en ninguno de los textos oficiales ni en los documentos sobre este episodio: se encontró en forma de postal, ofrecida por un vendedor estadounidense en el sitio eBay”, cuenta Bruzzone.

El destino de Domenico y de los demás marinos italianos internados en México muestra, según su nieto, “las múltiples facetas de la condición humana en tiempos de guerra: mientras los Estados actúan según lógicas geopolíticas y comerciales, las personas atraviesan vivencias emocionales y existenciales marcadas por vínculos, sufrimientos, ilusiones y esperanzas”.

El Atlas Genova era una nave cisterna construida en Estados Unidos y comprada por el armador genovés Barbagelata. Siguiendo la orden del almirantazgo italiano, el capitán intentó hundir el barco para impedir que lo usaran los mexicanos. “El Atlas se asentó sobre un fondo bajo y luego fue recuperado por los mexicanos, rebautizado Las Choapas y finalmente hundido por un submarino alemán”, explica Bruzzone.

La tripulación fue arrestada y considerada saboteadora. Domenico Bruzzone fue encarcelado primero en Tampico y luego en la Fortaleza de San Carlos de Perote, una antigua fortaleza española convertida en penal, conocida por sus duras condiciones de aislamiento, frío y humedad.

Luego de pasar unos dos años en prisión, murió de neumonía en mayo de 1942. Su fallecimiento “fue comunicado a la familia con más de un año de retraso, mediante el distante lenguaje burocrático propio de estas circunstancias, acompañado por un inventario de sus escasas pertenencias personales”, relata su nieto.

Sin embargo, junto a esos fríos documentos, también emergen testimonios de gran humanidad y afecto, como se puede ver en la correspondencia entre Bruzzone y su esposa, compuesta por “cartas simples, pero delicadas y afectuosas” que revelan “un mundo emocional hecho de respeto y pudor, propio de la época y de la cultura obrera ligur”.

El lenguaje de esas cartas privadas entre Bruzzone y sus compañeros de encierro contrasta “con la frialdad burocrática y deshumanizada de las comunicaciones oficiales”.

Durante el encierro en Perote, la convivencia forzada entre italianos, alemanes -y probablemente también algunos japoneses- dio lugar a la formación espontánea de lazos de solidaridad en un ambiente hostil e inhóspito, atravesado por privaciones y distancias.

“La vida comunitaria, con sus rituales improvisados y las banderas sabaudas o nazis que parecían colgar de ramas sin intención, sugiere que incluso en los contextos más duros es posible crear formas de cohesión, alimentadas por la necesidad de resistir y de encontrar sentido en la compañía, el afecto y el arraigo”, reflexiona el nieto del jefe de máquinas delAtlas Genova.

Muchos de esos marineros, una vez liberados, decidieron quedarse a vivir en México, donde se integraron a la comunidad italiana. Con el tiempo, esta comunidad dio origen a instituciones como la Casa de Italia y la Società Dante Alighieri, para mantener vivos los lazos con su tierra de origen.

En la reconstrucción de estas historias también fueron clave las investigaciones colectivas y digitales. Entre ellas se destaca el blog Con la pelle appesa a un chiodo, coordinado por Lorenzo Colombo, que contribuyó a sacar a la luz muchas historias olvidadas de barcos mercantes y sus tripulaciones durante la guerra.

“Algunos descendientes de esos hombres hoy son figuras públicas, profesionales o empresarios que mantienen viva la memoria de sus padres y abuelos a través de iniciativas culturales, educativas y conmemorativas”, explica Bruzzone, quien convirtió esta reconstrucción en un proyecto activo.

“No se trata solamente de honrar a un familiar”, aclara. Esta operación de “posmemoria”, como él la llama, también busca “denunciar la ausencia del Estado y la sinrazón de la guerra, y al mismo tiempo reafirmar valores humanos fundamentales como la solidaridad, el esfuerzo colectivo y el compromiso social”.

Ese círculo que parecía inconcluso se cierra simbólicamente hoy con el regreso de la familia Bruzzone a América Latina, a través de la fundación de la empresa agrícola Pique Roto, en Uruguay: una decisión que transforma el derrotero forzado de un migrante involuntario -el del abuelo- en un acto de arraigo consciente del nieto.

“Un emprendimiento olivícola, con raíces italianas y proyección latinoamericana, es una forma de continuidad, un puente entre el pasado y el futuro, entre lugares y personas, entre memoria y creación. Y también eso constituye un proyecto cultural”, subraya.

A este trabajo se suma el libro Il viaggio inaspettato (El viaje inesperado), publicado en 2011 por la editorial De Ferrari y escrito por Adrián Daneri Navarro (descendiente, a su vez, de un oficial ligur prisionero en México), Ana Isabel González Ramella y Giacomo Daneri Hernández.

El libro, fruto de años de investigaciones sobre más de 1500 documentos y testimonios, será reeditado en una nueva versión promovida por la Società Dante Alighieri de Guadalajara. La presentación está prevista para el próximo 27 de junio en Génova, en una conferencia organizada por la Cámara de Comercio y promovida por Casa América, con el auspicio del municipio local.

Con motivo de este evento, una delegación de descendientes de los marineros italianos internados en México -hoy ciudadanos mexicanos- viajará a Génova para participar del encuentro. Un viaje a contracorriente que vuelve a tejer los hilos de la memoria familiar y colectiva. Un regreso simbólico a la tierra de sus ancestros, que devuelve rostros y nombres a una página de historia durante mucho tiempo olvidada. Y que demuestra cómo, incluso después de ochenta años, la memoria sigue siendo una herramienta poderosa para reconstruir identidades y reforzar pertenencias.

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